Un caos en silencio, de seguro más de alguna persona o quizás varias vivan este fenómeno que en lo personal, tengo la mayoría de los días.
No, no soy un maníaco, no creas que al caos que me refiero es al que un loco desquiciado plantea en su mente para destruir, para asesinar, para secuestrar, no, no es nada de eso, dejame decirte (sí, así sin tilde, más chapín), que al caos que me refiero, es aquel producido por cuestiones tan simples, como lo ha de ser el trabajo, el estudio, la pareja, situaciones que en determinado momento y sin darme cuenta, se vuelve en un caos total en mi cabeza.
¡¿Qué hago?!, si, exactamente eso me pregunto, viendo para todos lados, en especial esa marca oscura en el techo de mi habitación, sin darme cuenta, éste caos silencioso ha logrado volverme loco, hasta el punto de gritar como loco, pero claro está, en mi mente, no puedo permitirme que éste caos ingrato, lleno de desastre, me domine, el asunto es que, no sé como dominarle, me siento entre la espada y la pared, me siento sin salida, grito como si cayera por algún abismo sin fin, eterno y sin esperanza.
Y es que de todo hay acá, de todo!, aún recuerdo cuando nada de esto se presentaba, cuando solo jugaba y nada más, cuando no había comenzado el caos. Desde allí, todo fue diferente, todo cambió, llego a tal punto de no sentirle sabor a la vida, de no sentir emoción alguna, por nada, nada de nada.
Luego parece llegar a su fin todo, despierto, sin saber donde estoy, me doy cuenta que estaba soñando, soñando que estaba en un caos, y pienso, estoy en un caos, se llama: vida.