Cuándo tú no estás,
el fuego de la pasión se consume.
La soledad se torna más fría,
tus recuerdos se cristalizan y
luego se fragmentan en un escalofrío paralizante.
Luego, resurges como el ave fénix
de entre los escombros y las cenizas.
-surge una nueva chispa sensorial. –
Me quemo con el calor de tus recuerdos
que apenas logro sofocar con palabras;
porque mientras aún persistas en mi deseo,
arde el imaginario de tu recuerdo.
Cobíjame de esperanza alma mía,
que no concilio soñar entre tanta frialdad.
– En tanto que –
Pregonar esta hoguera palabrérica no sirve de mucho,
si filtras árticamente el calor de mi amor
en un eufemismo llamado amistad;
que viene y arrebata todo lo que quiero,
que amuralla tu corazón y
nos hace mantener una relación.
-arHvel.-