Te quiero con la razón, porque estoy consciente de lo que realmente siento por ti. No te quiero con el corazón porque sé que él solo se encarga de latir para yo poder pensar en ti.
Te quiero con la razón, porque cada beso y abrazo que te doy es un momento más que colecciono en mi pensamiento junto a ti. No te quiero con el corazón, pero con él te demuestro lo mucho que te quiero, porque al verte sonreír empieza a acelerar su latir sin desistir.
Te quiero con la razón, porque con ella podré decirte la verdad sin estropear el sentir que tenemos de seguir hacia un lugar feliz. No te quiero con el corazón, sino que te quiero con la razón.