De todo lo que quise no era yo, y todos mis deseos no me pertenecían, robé deseos, y hurté ilusiones, mentí para llegar, mentí para alcanzar, mentí a mi familia y mentí a mi alma, que es más que mi familia.
En canciones escuché la verdad de mi existir, en verdad digo que el amor trabajó duro para poder encontrarme. Y lo logró.
Mi horizonte es ésta hoja en blanco, la que no termina, ni después que llegue el ocaso.
Agradezco mi fracaso, fue señal de estar en el camino equivocado. Gracias, gracias, gracias. Por hacerme caer, por hacerme llorar, por dejarme gritar en angustia y desesperación, por sacar a mis demonios, y por ayudarme a aceptar que sí, tengo demonios. Gracias.
Ahora no soy más fuerte, ni valiente, ni ágil, ni hábil… Ni bonita, ni inteligente, ni buena, ni mala.
Pero ahora espléndidamente, soy yo.