No puedo decir que son largas las noches de mis penas, porque mi querido Amado, se me adelanto, pero si puedo decir que la lluvia me recuerda que mis penas son más largas en mis noches con tu ausencia.
Me gusta la lluvia, siempre deja limpias las calles.
Me gusta la lluvia, es gracioso ver correr a la gente, como si el mundo se acabara.
Me gusta la lluvia, porque me moja los pies, me moja las ropas, y me moja el espíritu, y eso me hace sentirme otra vez.
Lluvias sabrosas.
Me gusta la lluvia y los truenos, y los relámpagos, y el miedo que causa en la gente, y la alegría que produce en los niños.
Me gusta la lluvia porque es uno de los gritos del cielo, hace correr su sangre en el suelo, la que limpia, la sangre que alimenta al pueblo que vive de la abundancia y del amor del campo.
Me gusta la lluvia, porque son caricias de mi amado, porque son lagrimas de felicidad, de vida, de paz, de gozo.
Me gusta la lluvia porque me gusta saltar en los charcos, y hacer navegar mis barquitos de papel.