Y cada día me comen un pedacito de la vida, es por eso que a veces pienso que he nacido en maldición, para qué seguir con la mentira, si las palabras o silencios también causan dolor.
Querer no ser lo que sé es por nacimiento.
Desear arrancar del alma la maldición de herencia.
Implorar que los ojos solo vean el color del cielo.
Arrodillarse y enterrar las plegarias en lo más profundo del ser, y dejar dormir a los oídos, porque ya no quieren escuchar de sufrimiento.
No saber, no entender, no creer, ¿Por qué? ¿Para qué? Una y mil veces, no entender.
En cosecha de muerte.
El amor. Solamente el amor es lo que me sustenta el espíritu.