Un día ella entendió tus palabras;
«no me imagino compartir mi vida contigo»,
sintió ese balde de agua sobre sus cuerpo.
Y entonces decidió tomar los pedazos de corazón que aún le quedaban,
te arrebato el arma que te regalo para hacerla pedazos…
Dijo que no…
Comenzó a caminar con el corazón desahuciado,
… en un camino sin conocer.
Hoy ella lleva una cicatriz sin dejar de amarte…
Aprendió así, a amarse más que a ti…