Mis manos cuentan historias, que mis ojos no han visto y mis ojos cuentan historias que mi cuerpo no ha vivido.
Mis manos pequeñas, han soportado más dolor que mi propio corazón y más peso de lo que aguantan mis pies.
Mis manos han secado más lágrimas, de las que pueden brotar de mis ojos y mis mejillas pueden sostener.
En este inmenso mar son mis manos las que hablan, son mis manos las que vivieron, viven y vivirán… mis triunfos y fracasos
Y son mis manos las que seguirán ayudándome a contar si se puede hasta cien, aunque ya no aguante más.