Un beso no se pide, los das
la complicidad de miradas no se provoca, nace
para una nalgada no se pide permiso, la das
para enamorarse no hay manual, te enamoras y ya
para tener sexo no obligas a nadie, tu cuerpo lo invita.
Que ¿cómo aprendí esto?:
cuando me vi rogando por un beso,
un abrazo, una caricia, una llamada…
o pidiéndole que me hiciera el amor…
cuando su única respuesta fue,
“No imagino mi vida contigo”
Solo allí aprendes que para disfrutar de todo lo bueno de la vida…
no obligas, no ruegas, no pides, no exiges…
solo sueltas y respiras.