Y ahí estaba yo…
Con cara de tonto, sonriendo y riendo
pero muy dentro, muy en el fondo de mis pensamientos
con cara de ira, gritando y reclamando…
Con aires de desfachatez y cinismo
vienes y me recriminas,
me ves y me desafías,
me gritas y me calumnias
Sólo ya no quiero ni pensarlo
Sólo quisiera no saberlo
Sé muy bien lo que pasó
Sé muy bien que puede suceder
Me hierve la sangre de solo pensarlo
Pero me enojas más tú
Y de cómo no actuaste
Y de cómo permites hacer
Juzgas mal mis acciones, pero
no puedes ni siquiera verte al espejo;
Y es que con una sola palabra
todo podría terminar.
Es imposible huir a lo que fuimos
y en el escape nos perdemos aún más.
Pasa que queda una piedra, que no se puede quitar;
como una herida abierta, que espera el mejor momento
para empezar a sangrar.
. arHvel.-