Todo comenzó con un pensamiento encapsulado en el tiempo, suspendido en la nada, acompañado por el silencio e invadido por el miedo.
Un personaje tenue cuál arcoiris y colorido como un cadáver, se paseaba como un espanto de una vida anterior a lo real.
En sus bolsillos cargaba sueños rotos y sonrisas inútiles, pero él sabía que con un suspiro crearía una obra de arte.
Arte que surgiría con las cenizas desechadas de un cadáver antiguo y abandonado en el recuerdo del olvido.
Qué importa estar en el infierno o el cielo, si ambos están a un delirio de distancia. Repetía cuál repique de campana…
PL