no sabrían nombrarla sino en mil siglos
tan bulliciosa, peluda y ladrona cual rata
comería muchas paces, dejaría solo signos
“la ignorancia es bendición” dicen los insensatos
pero es caminar o arrastrarse en sendero tenebroso
respirando aire espeso, guiándose con los astros
esperando bajo la luna y el horizonte borroso
dirigirse a un oasis que al mismísimo infierno
provocando la misma angustia necia y tempestuosa
una señal se busca como la que augura el final del invierno
una señal que adormezca la vil campana sinuosa
la apuesta es que pierda y justifique su existencia
la regla es que debería saber la respuesta
golpear el candado solo aumenta su resistencia
no se donde, pero se que llevo la llave puesta