Entre tantos días llenos de estrés laboral, horas y horas de intenso tráfico vehicular, momentos de ansiedad, me detuve a pensar a cerca de lo corta que puede ser la vida y como de un momento a otro podemos pasar a un segundo plano de vida. Algunos le llaman muerte, yo le llamo paz existencial.
El ser humano tiende a ser un animal constructivo y destructivo, puede enviar cohetes al espacio, analizar átomos, crear vida artificial, encontrar curas contra enfermedades, mientras está matando animales como deporte, oprimiendo la libertad y destruyendo nuestros ecosistemas con minerías y experimentos nucleares.
Es por eso que como humanos podemos tomar las mejores y peores decisiones, religiosamente podemos llamarle “libre albedrío”.
Aunque comúnmente es llamado “Karma”, existe un sentido más lógico lo que me lleva a la tercera ley de Newton: “ Siempre que un objeto ejerce una fuerza sobre un segundo objeto, el segundo objeto ejerce una fuerza de igual magnitud y dirección opuesta sobre el primero” o bien “A cada acción hay una reacción igual”.

Sir Isaac Newton (1643-1727)
Es por esto que cada una de nuestras acciones tendrá una consecuencia inmediata, a corto o mediano plazo y está en nuestras manos hacer que esa reacción sea positiva para nosotros, nuestras generaciones y nuestro mundo.
Dedicado a mis amigos, a los que la vida ha reaccionado. QEPD.