A mí siempre me hablaron de vientos gélidos
De amaneceres arropados y noches de hielo
Me dijeron que un chocolate caliente era la solución a todo
Me dijeron que en alguna cama podría hallarse algún consuelo
Me aconsejaron tener siempre a la mano una buena película, un buen libro o un buen amante, solo por si hacía frío
Pero nadie me hablo de adioses y despedidas
No me advirtieron del frío que a veces aprisiona el alma
Nadie me habló de ausencias y soledades, ni de amores eternos que duraban unas horas
Nadie me dijo que algunos besos dolían más que otros y que algunos brazos pueden llegar a extrañarse demasiado
No, nadie me advirtió de miradas ardientes que dejaban de ser tuyas
Ni de palabras sembradas en el corazón
Ni de indirectas que nadie entiende, ni verdades que nadie pronuncia
Nadie dijo que a veces los atardeceres en compañia se acaban y que luego ya los arboles no se ven igual
Que algunos lugares reclaman momentos y sonrisas
No me dijeron que hay ausencias que también llenan de frío el corazón