Dicen que existe una caja mágica que susurra al oído tus verdaderos deseos, los descubres para cuando te ha atrapado, te abriga mientras descubres la salida, hasta que agota cada parte, cada ser.
Se advierte transparencia voluminosa
Con esquinas punzantes y brillosas
Dentro oculta una carga ominosa:
ojos cansados muertos y manos callosas
La caja de cristal muestra tus deseos
Mas la calidez del sol no puede tocar
Se refleja toda evitando a los reos
Acarician las paredes, quieren escapar
En sus paredes rebotan cientos de lamentos
Mientras Estrellas de Belén tratan de ascender
Mas se enredan entre eternos aplazamientos
Pretenciosas, humildes…todas vuelven a caer
Sudor y lágrimas atraviesan distancias
En caminos de cobre y chispas inquietas
Se filtra la desesperación y las fuertes ansias
Se filtran las peores cóleras y rabietas
Golpea, golpea, a la hermética y tétrica caja de cristal, rasguña a la dura y fría, trata de escapar. No puedes acariciar el silencio, no puedes besar La Paz, la roe la máquina diabólica, se alimenta para siempre y tú caes en el limbo, entre serpientes sin Gracia, entre cuadros con cuadros y entre sonrisas borrosas.