Te quedas ahí hablando con alguien como si no sabes que por dentro estoy aquí muriéndome lentamente por ya no estar juntos.
Te quedas ahí parado riéndote y haciendo hasta ruido con tu estúpida sonrisa que me ha tenido encantada.
Te quedas ahí parado y sé que de reojo ves como estoy aquí, sentada escribiendo esto por ti y ves como patéticamente algunas lágrimas recorren mis mejías.
Te quedas ahí, aun sabiendo que me amas, pero tu orgullo, o mejor dicho tu cobardía te impide luchar por mí.
Quédate ahí, quédate con tu cobardía, quédate con tu linda sonrisa, quédate con todas estas ganas que tenía para amarte.