Merezco mi hambre,
La soledad y mi vil ruina
El zumbido de un enjambre,
Perder la llave de la cocina
Saboreo la amargura cual manjar
La nada me atraviesa amable
Se desliza como el aire al respirar
Y mantiene conversación afable
La nada se prostituye con tus ruidos
Con tus imágenes y tus sabores
Ahí andan siempre atentos y fluidos
A escapar de todos sus dolores
Cierro los puños, entre ellos los metales
Pesados, puntiagudos y brillantes
Sus pitas jalan las columnas mentales
Desde antes, mucho, mucho antes
Tarareo sueños espumosos elevados
Rasgan la atmósfera y vuelan
Los corro, pero van siempre apurados
Hago el conteo de los que quedan
Toma mi mano, no…suéltala
Ave en jaula de oro no llora
La número 1 y la 100 es mala
No, no quiero saber la hora.
Me quiero perder en mi espiral
Recibiendo caricias en mis oidos
Enloquecer en posición fetal
Asi terminan los desposeídos…