El tiempo pasa rápido para aquellos que no extrañan, que no añoran. Los años se dicen fácil y se cuentan como algo que ya fue, como el pasado que se dejó y que se agregó a la cuenta de una de las listas que se tienen.
Aquellos que tenemos un padecimiento/enfermedad de tipo crónico sabemos que es posible vivir sintiendo dolor, que se alivia con medicamentos, ejercicios o tratamientos, pero en realidad nunca se va sino que por momentos vuelve con mayor intensidad y otras veces desaparece haciéndonos creer que se fue.
De igual forma aquellos que hemos perdido a un ser amado sabemos lo que es vivir extrañándolos. No hay medicamentos, antídotos o tratamientos que te ayuden para que el dolor de la pérdida se desvanezca así que aprendes a vivir con ese dolor, entendes que debes valorar aún más a aquellos que aún te quedan.
Cuánto quisiera tener más tiempo con él, cuánto quisiera poder volverlo a abrazar y decirle que cada día lo extraño aún más. Quedan recuerdos que no son suficientes, está la esperanza pero a veces se pierde, se es fuerte pero el mismo dolor te hace flaquear.
Es difícil dejar ir a un ser amado sobre todo por que no estamos preparados para su partida .
La espera ha sido larga y lo seguirá siendo. Cada año se agrega uno más a la cuenta, regresiva supongo, para volverte a ver
Un beso para ti, que ahora eres mi ángel…