En más de alguna ocasión en la vida el desamor me enseñó una valiosa lección.
Recuerdo haber leído algo sobre ¿cómo saber que te has curado de desamor?, y la respuesta decía algo como: “cuando ya no tienes la necesidad de estar revisando las redes de esa persona”.
Quizá curarse iba un poco más allá de eso, por mucho tiempo me costó entenderlo, y es que no se trata de recursos, magia, trucos o tutoriales, era amor propio lo que necesitaba.
Todo comienza en poco y gradualmente, nada sucede de la noche a la mañana pero tampoco nadie ha descubierto aún cuánto tiempo necesitas para sanarte.
Porque eso sí, nada pasa si tu no pasas, y eso de seguir y avanzar ya me suena muy trillado.