Aprendí que en la vida, nada es a fuerza.
Aprendi que si quieres crecer en la vida, es mejor frenar que jalar.
Aprendí que las zucaritas suelen se más deliciosas, si se comparten a miradas con ella a tu lado.
Comprendí que los sombreros son buenos escondites para travesuras nocturnas.
Aprendí que existen vocablos patentados para amar y saber hablar con quien entiende.
Comprendí que existen colegas que diseñan juntos los trazos, símbolos y frases que marcan igualitario nuestros cuerpos.
Me di cuenta que las carretillas de súper mercado, suscitan carcajadas.
En el camino te das cuenta, sobre que calle deseas transitar, esa comida China que forma agridulces momentos de amor, esas respiraciones pausadas en lagirmas, al momento de llegar al culmen de la pasión.
Simplemente al final aprendí que los preámbulos siempre son el mejor testigo, de aquello que simplemente con paciencia y valentía, debes formar como buen alfarero.
Cuando se tiene a esa musa
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Es perfecto
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Es el aprendizaje más hermoso y Real.
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