Debo confesar que ese día me perdí en sus brazos,
Recuerdo que estabas ahí, en algún lugar
indeciso, esperando que todo se te aclarara
y yo esperando pacientemente,
que quisieras
que te decidieras por mí
Pero mi alma se cansaba
mi corazón sufría
porque quería creer en ti
en tus palabras,
creer que sí querías,
que solo tenías miedo
creer que después de todo
contigo sería distinto,
pero nada cambiaba y pasaban los días
y tus labios se alejaban
y tus palabras ya no hablaban de amor
y a pesar de estar dispuesta a todo
tú no me mirabas a mí
y me encontré con él,
él, que nunca prometió nada
que nunca habló de amor,
pero se entregaba
y con el sudor, se llevó las angustias
que tu estar y no estar me causaban
y me hizo sentirme libre de nuevo
libre de ti
libre, para amar otra vez