- 4:00am
Heme aquí de nuevo, siendo controlada por mis pensamientos nocturnos, acusándome de las cosas malas que he hecho.
La mente me traiciona, me acusa, me inquieta, aún cuando duermo me atormenta con pesadillas que me despiertan a media madrugada.
Los fantasmas me persiguen, se ríen y me ven sin paz, al borde del llanto y del quebranto.
Mi alma es consumida, se seca y se oscurece, poco a poco se marchita y muero por dentro.
Me veo en el espejo y no me reconozco; ¿quien es esa persona? Ya no es la misma de antes.
No es la misma mirada, no son los mismos sentimientos.
¿Qué te ha pasado? ¿En qué te has convertido? ¿Dolor? ¿Tristeza? ¿Soledad?
¿Gritar? ¿Llorar? ¿Escapar? No, esto no es una opción, a dónde quiera que vaya los fantasmas ahí estarán, me perseguirán, no se irán.
Calla mente, hay que ser felices (o eso dicen) todo está bien, no pasa nada, supongo.
Todo es producto de tu mente, nada es como lo piensas, todo es parte de tu imaginación.
¡Calla mente! Deja de jugarme la vuelta.
¡Calla mente! Nada pasó, todo es un delirio o tal vez imaginación.